sábado, 13 de abril de 2013

Análisis



Otra mirada a Chávez: lo que se dice y lo que nos deja

Tras la muerte del Cmte. Hugo Chávez Frías han circulado diferentes opiniones como la de nuestro premio nobel Mario Vargas Llosa: “Es momento de que Venezuela se encamine a la democracia”, con el fin de crear una imagen falsa de él y del proceso venezolano. Todas ellas enfatizan que ésta es la hora en que se puede “avanzar hacia la democracia” y erradicar la “pobreza” y el “primitivismo” que deja Chávez y el chavismo. A continuación, me propongo desmentir algunas de estas percepciones, señalar su causa y sostener que el socialismo bolivariano es un proyecto válido, popular y con futuro en Venezuela y la región. Trataré primero de exponer la verdadera imagen de Chávez y del gobierno venezolano, para luego abordar, de manera muy general, la perspectiva política, económica y social de dicho país.
Durante toda la vida política del presidente Chávez se le ha querido encasillar y condenar dentro de los parámetros del análisis político y económico liberal –ese que nos inculcan desde el colegio y reforzamos en la universidad, hasta convertirse en la única forma de entender el mundo. Toda opción, en general, distinta a esta lógica es atacada y eliminada. Esto es lo común y se debe a que el aparato súper-estructural -es decir, los márgenes en los que elaboramos pensamiento, relaciones y valores no críticos- se encuentra empeñado en los intereses de la clase burguesa quien desde 1789 ajusta sociedad, Estado y religión a sus intereses económicos.
Uno de los prejuicios, el más famoso diría yo, es el de dictador. Darnos el tiempo de refutar esta denominación de forma teórica sería caer en la sintonía impresionista en las que se ven envueltos sus voceros pues una simple vista a la estadística desmentiría tal acusación. Chávez es el presidente con más elecciones democráticas de la historia ganadas consecutivamente: las elecciones de 1998 las ganó con un 56,5%; el referendo constituyente en 1999 lo ganó con el 71%; en el 2000 ganó con el 59.76% las elecciones para el periodo 2001-2007; el proceso revocatorio (impulsado por la derecha) lo ganó con 59.06%; fue reelecto para el periodo 2007-2013 con 62.85% y finalmente en el 2012 se impuso con un 55.08% a la oposición [1]. El ex presidente Jimmy Carter señaló que todos estos procesos electorales tenían el respaldo del mejor sistema electoral del mundo, el cual no concibe posibilidad de fraude [2].
Otro calificativo conocid­o es el de caudillo, Este se aferra- y de manera nostálgica- a los tiempos dorados de la aristocracia latinoamericana [3], respondiendo otra vez a los esquemas de una educación dominada por la burguesía que no comprende la razón- y es lógico que no entienda dado sus fines de clase- de una medida que atiende la necesidad inmediata del pueblo, como construir viviendas para los que no las tienen, implementar el 60,75% de inversión social con relación a los ingresos totales, en contraste con un 36.2% en gobiernos anteriores, dejar a un país libre de analfabetismo (reconocido por los organismos internacionales, como el PNUD y la UNESCO), crear redes de mercados alternativos para que la gente pobre tenga acceso a alimentos por bajo precio, entre otras cosas [4]. Estas no son medidas populistas de caudillos neo-liberales que solo pretenden satisfacer al populorum con pan y circo y mantenerlo en la ignorancia para sostenerse en el poder y  permitir el enriquecimiento de las oligarquías nacionales en diferentes partes de Latinoamérica. Chávez realizó medidas de satisfacción de necesidades inmediatas no de esa forma populista, su fin fue dignificar a la inmensa cantidad de desposeídos que había dejado la sucesión de gobiernos neo-liberales –aproximadamente el 70% de la población; hoy en día oscila en un 20%. Estas, además, respondían a un programa, un proyecto, que se iba implementando de a pocos y tenía una mirada a futuro: la reivindicación de las clases oprimidas.
También se dice que su gobierno fue “caudillista y populista” por su pragmatismo carente de una teoría e ideología sin un proyecto a largo plazo. La derecha jamás entenderá -salvo aquellos que tengan el interés de hacer oposición de una manera consciente y lean a profundidad las teorías que se le oponen- este tipo de procesos revolucionarios y el bagaje teórico detrás del proyecto que Chávez lideró. Proyecto que ahora se encuentra sedimentado en el Partido Socialista Venezolano PSV y en el pueblo del país caribeño.
Hugo Chávez Frías fue un líder, más allá de su personalidad, con un marco teórico muy nutrido y con claras proyecciones a futuro. Un ejemplo de ello lo podemos ver cuando en la academia militar creó el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), con un grupo de profesores y alumnos, en sus épocas de docente. Fue un socialista científico, pues tuvo la capacidad de ver a Venezuela desde el pasado, cambiarla en su presente y proyectarla a hacia un futuro [5].
Analizó la historia venezolana rompiendo con los parámetros que se nos enseña y vio a un pueblo afligido por los modos de producción concentrado en manos de las oligarquías nacionales e internacionales que explotaban y oprimían a las clases trabajadoras. Desde la “Independencia”, la oligarquía dominó grandes extensiones de tierra –incalculables muchas de ellas; existían gamonales de hasta 200,000 hectáreas-, dispuso los recursos al capital internacional (el precio del barril de petróleo era de 7 dólares; hoy en día oscila entre 89 y 102 dólares el barril) y transformó el Estado que había surgido de la espada de Bolívar y la vida de los que lucharon con él, en un instrumento para defender los intereses de la burguesía nacional e internacional. Todo con la vigilancia y legitimación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instituciones multilaterales del sistema capitalista con más de 40 años en el país suramericano.
Chávez comprendió la dialéctica antagónica entre los opresores y oprimidos, optando por el pueblo rumbo al socialismo. Se propone  transformar su presente mediante ajustes en el Estado, que deja de servir a la burguesía y empieza a ser protagonista en la transición hacia el socialismo. Esto implicaba, en principio, la nacionalización de los recursos naturales - PDVSA creció en 3453% [6]-, el cambio de la jurisdicción para que favorezca al pueblo- constitución de 1999 [7]- e incluir en este proceso el proyecto integracionista y emancipador de Bolívar, lo que le permitió llevar fuera de las fronteras nacionales el Socialismo del siglo XXI, dejando a Venezuela con una inflación por debajo del 20% a comparación de un 45,3% en 1998 y como el primer país en alcanzar los retos del milenio establecidos por la ONU [8]. Este proceso que Chávez instauró en el presente de Venezuela ha llegado a todo el continente con la creación de la CELAC y la UNASUR, además del ALBA, organizaciones que tienen a Chávez como principal propulsor.
El proyecto socialista bolivariano tiene una aspiración a futuro que implica que las fuerzas productivas pasen a manos de las clases trabajadoras y subalternos para garantizar la justicia social que siempre defendió y buscó para encontrar el punto de no retorno en la revolución bolivariana. Esta aspiración se mantiene vigente con el Plan Socialista 2013-2019 que gira en torno a cinco ejes: a) “Independencia nacional”, hoy por hoy Venezuela no responde a ningún dictado imperial ni una burguesía y se busca reafirmar la independencia económica. b) “Impulso al socialismo”, este eje busca continuar la construcción del socialismo de bolivariano, moldeando un sistema de relaciones sociales de producción sustentado en los valores del saber y del trabajo a servicio de la satisfacción plena de las necesidades humanas. c) “Venezuela como potencia”, esto implica poner a Venezuela como potencia social, económica y política dentro de la gran potencia naciente de América Latina. d) “Nueva geopolítica internacional”, plantea generar una geopolítica multicéntrica y pluripolar en pro de la paz y equilibrio del mundo. f) “Preservación del planeta”, detalla (como su nombre lo dice) la lucha por la preservación del planeta y por la transformación de los modos de producción y del consumo insostenible, para preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana.
Hoy en día el legado de Chávez descansa en su partido, el pueblo y las fuerzas armadas, los cuales tienen el deber revolucionario de continuar la transición y poner en práctica el plan socialista 2013-2019 que se elaboró en vida del Comandante y que retumba en todo el territorio latinoamericano.



Notas:
[1] http://exwebserv.telesurtv.net/secciones/afondo/especiales/Chavez/
[3] K. H. Silvert (1976). "Caudillismo", Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales (eiss): Madrid
Castro, Pedro, “El caudillismo en América Latina, ayer y hoy”. Política y Cultura, primavera 2007, 27, 9-29
[5] C. Marx y F. Engles, (1981). OBRAS ESCOGIDAS (en tres tomos) Editorial Progreso, Moscú. Tomo 3, páginas 98-160
[8] http://uptparia.edu.ve/libros_iut/venezuela_cumple2010web.pdf