Otra
mirada a Chávez: lo que se dice y lo que nos deja
Tras la
muerte del Cmte. Hugo
Chávez Frías han circulado diferentes opiniones como la de nuestro premio nobel
Mario Vargas Llosa: “Es momento de que Venezuela se encamine a la democracia”, con
el fin de crear una imagen falsa de él y del proceso venezolano. Todas ellas
enfatizan que ésta es la hora en que se puede “avanzar hacia la democracia” y
erradicar la “pobreza” y el “primitivismo” que deja Chávez y el chavismo. A
continuación, me propongo desmentir algunas de estas percepciones, señalar su
causa y sostener que el socialismo bolivariano es un proyecto válido, popular y
con futuro en Venezuela y la región. Trataré primero de exponer la verdadera
imagen de Chávez y del gobierno venezolano, para luego abordar, de manera muy
general, la perspectiva política, económica y social de dicho país.
Durante
toda la vida política del presidente Chávez se le ha querido encasillar y
condenar dentro de los parámetros del análisis político y económico liberal –ese
que nos inculcan desde el colegio y reforzamos en la universidad, hasta
convertirse en la única forma de entender el mundo. Toda opción, en general,
distinta a esta lógica es atacada y eliminada. Esto es lo común y se debe a que
el aparato súper-estructural -es decir, los márgenes en los que elaboramos
pensamiento, relaciones y valores no críticos- se encuentra empeñado en los
intereses de la clase burguesa quien desde 1789 ajusta sociedad, Estado y
religión a sus intereses económicos.
Uno de los
prejuicios, el más famoso diría yo, es el de dictador. Darnos el tiempo de refutar esta denominación de forma
teórica sería caer en la sintonía impresionista en las que se ven envueltos sus
voceros pues una simple vista a la estadística desmentiría tal acusación.
Chávez es el presidente con más elecciones democráticas de la historia ganadas
consecutivamente: las elecciones de 1998 las ganó con un 56,5%; el referendo
constituyente en 1999 lo ganó con el 71%; en el 2000 ganó con el 59.76% las
elecciones para el periodo 2001-2007; el proceso revocatorio (impulsado por la
derecha) lo ganó con 59.06%; fue reelecto para el periodo 2007-2013 con 62.85%
y finalmente en el 2012 se impuso con un 55.08% a la oposición [1]. El ex
presidente Jimmy Carter señaló que todos estos procesos electorales tenían el
respaldo del mejor sistema electoral del mundo, el cual no concibe posibilidad
de fraude [2].
Otro
calificativo conocido es el de caudillo,
Este se aferra- y de manera nostálgica- a los tiempos dorados de la aristocracia
latinoamericana [3], respondiendo otra vez a los esquemas de una educación
dominada por la burguesía que no comprende la razón- y es lógico que no
entienda dado sus fines de clase- de una medida que atiende la necesidad
inmediata del pueblo, como construir viviendas para los que no las tienen, implementar
el 60,75% de inversión social con relación a los ingresos totales, en contraste
con un 36.2% en gobiernos anteriores, dejar a un país libre de analfabetismo (reconocido
por los organismos internacionales, como el PNUD y la UNESCO), crear redes de
mercados alternativos para que la gente pobre tenga acceso a alimentos por bajo
precio, entre otras cosas [4]. Estas no son medidas populistas de caudillos
neo-liberales que solo pretenden satisfacer al populorum con pan y circo y mantenerlo en la ignorancia para sostenerse
en el poder y permitir el enriquecimiento
de las oligarquías nacionales en diferentes partes de Latinoamérica. Chávez
realizó medidas de satisfacción de necesidades inmediatas no de esa forma
populista, su fin fue dignificar a la inmensa cantidad de desposeídos que había
dejado la sucesión de gobiernos neo-liberales –aproximadamente el 70% de la
población; hoy en día oscila en un 20%. Estas, además, respondían a un programa,
un proyecto, que se iba implementando de a pocos y tenía una mirada a futuro:
la reivindicación de las clases oprimidas.
También se
dice que su gobierno fue “caudillista y populista” por su pragmatismo carente
de una teoría e ideología sin un proyecto a largo plazo. La derecha jamás
entenderá -salvo aquellos que tengan el interés de hacer oposición de una
manera consciente y lean a profundidad las teorías que se le oponen- este tipo
de procesos revolucionarios y el bagaje teórico detrás del proyecto que Chávez lideró.
Proyecto que ahora se encuentra sedimentado en el Partido Socialista Venezolano
PSV y en el pueblo del país caribeño.
Hugo
Chávez Frías fue un líder, más allá de su personalidad, con un marco teórico
muy nutrido y con claras proyecciones a futuro. Un ejemplo de ello lo podemos
ver cuando en la academia militar creó el Movimiento Bolivariano Revolucionario
200 (MBR200), con un grupo de profesores y alumnos, en sus épocas de docente.
Fue un socialista científico, pues tuvo la capacidad de ver a Venezuela desde
el pasado, cambiarla en su presente y proyectarla a hacia un futuro [5].
Analizó la
historia venezolana rompiendo con los parámetros que se nos enseña y vio a un
pueblo afligido por los modos de producción concentrado en manos de las
oligarquías nacionales e internacionales que explotaban y oprimían a las clases
trabajadoras. Desde la “Independencia”, la oligarquía dominó grandes
extensiones de tierra –incalculables muchas de ellas; existían gamonales de
hasta 200,000 hectáreas-, dispuso los recursos al capital internacional (el
precio del barril de petróleo era de 7 dólares; hoy en día oscila entre 89 y
102 dólares el barril) y transformó el Estado que había surgido de la espada de
Bolívar y la vida de los que lucharon con él, en un instrumento para defender
los intereses de la burguesía nacional e internacional. Todo con la vigilancia y
legitimación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instituciones
multilaterales del sistema capitalista con más de 40 años en el país
suramericano.
Chávez
comprendió la dialéctica antagónica entre los opresores y oprimidos, optando
por el pueblo rumbo al socialismo. Se propone
transformar su presente mediante ajustes en el Estado, que deja de
servir a la burguesía y empieza a ser protagonista en la transición hacia el
socialismo. Esto implicaba, en principio, la nacionalización de los recursos
naturales - PDVSA creció en 3453% [6]-, el cambio de la jurisdicción para que
favorezca al pueblo- constitución de 1999 [7]- e incluir en este proceso el
proyecto integracionista y emancipador de Bolívar, lo que le permitió llevar
fuera de las fronteras nacionales el Socialismo del siglo XXI, dejando a
Venezuela con una inflación por debajo del 20% a comparación de un 45,3% en
1998 y como el primer país en alcanzar los retos del milenio establecidos por
la ONU [8]. Este proceso que Chávez instauró en el presente de Venezuela ha
llegado a todo el continente con la creación de la CELAC y la UNASUR, además
del ALBA, organizaciones que tienen a Chávez como principal propulsor.
El
proyecto socialista bolivariano tiene una aspiración a futuro que implica que
las fuerzas productivas pasen a manos de las clases trabajadoras y subalternos para
garantizar la justicia social que siempre defendió y buscó para encontrar el
punto de no retorno en la revolución bolivariana. Esta aspiración se mantiene
vigente con el Plan Socialista 2013-2019 que gira en torno a cinco ejes: a)
“Independencia nacional”, hoy por hoy Venezuela no responde a ningún dictado
imperial ni una burguesía y se busca reafirmar la independencia económica. b)
“Impulso al socialismo”, este eje busca continuar la construcción del
socialismo de bolivariano, moldeando un sistema de relaciones sociales de
producción sustentado en los valores del saber y del trabajo a servicio de la
satisfacción plena de las necesidades humanas. c) “Venezuela como potencia”, esto
implica poner a Venezuela como potencia social, económica y política dentro de
la gran potencia naciente de América Latina. d) “Nueva geopolítica
internacional”, plantea generar una geopolítica multicéntrica y pluripolar en
pro de la paz y equilibrio del mundo. f) “Preservación del planeta”, detalla
(como su nombre lo dice) la lucha por la preservación del planeta y por la
transformación de los modos de producción y del consumo insostenible, para
preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana.
Hoy en día el legado de Chávez descansa en su
partido, el pueblo y las fuerzas armadas, los cuales tienen el deber
revolucionario de continuar la transición y poner en práctica el plan
socialista 2013-2019 que se elaboró en vida del Comandante y que retumba en
todo el territorio latinoamericano.
Notas:
[1]
http://exwebserv.telesurtv.net/secciones/afondo/especiales/Chavez/
[2]
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/54145-jimmy-carter-sistema-electoral-venezolano-mejor-mundo
[3] K. H. Silvert (1976). "Caudillismo", Enciclopedia Internacional de las
Ciencias Sociales (eiss): Madrid
Castro, Pedro, “El caudillismo en
América Latina, ayer y hoy”. Política y Cultura, primavera
2007, 27, 9-29
[5]
C. Marx y
F. Engles, (1981). OBRAS ESCOGIDAS (en tres tomos) Editorial Progreso, Moscú. Tomo 3, páginas 98-160
[8]
http://uptparia.edu.ve/libros_iut/venezuela_cumple2010web.pdf